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Las maquinas pueden tener alma

«No hay más que observar la capacidad de procesamiento de información d cualquier ordenador, la plasticidad de los programas informáticos, el avance de la realidad virtual… pero a pesar de esto siguen importantes diferencias en la actividad superior del hombre y el procesamiento de una máquina inteligente» (Meliá, 1989).
Las actividades psíquicas del ser humano se caracterizan por ser procesos de orden y desorden. Las máquinas demuestran únicamente procesos de orden, encontrar patrones en la información, clasificarla y relacionarla con más información por ejemplo. No tendría sentido inventar una máquina que desordenase ya que carecería de utilidad para el hombre. Al decir desorden al momento de referirse a los procesos del ser humano, no implica que sea caótico, sino más bien se refiere a la flexibilidad que posee de confrontar cualquier situación que intente limitarlo. La máquina podría calcular las probabilidades de que ocurriese un evento con mucha más precisión y exactitud que cualquier persona, e indudablemente este podría también
predecirlo. Pero además, el hombre podría contemplar posibilidades fundamentadas en la irracionalidad y las emociones, en lo absurdo de la realidad. Lo absurdo, lo irracional y las emociones dan lugar a la imaginación, y esta característica es propia del desorden por lo tanto las máquinas que han sido diseñadas hasta ahora carecen de ella. La imaginación, a su vez, ha sido la base innumerables descubrimientos científicos que han servido para concebir teorías lógicas del mundo como la visión del mundo de Copérnico, la teoría cuántica de Max Planck y la teoría de la Relatividad de Albert Einstein. De ahí la importancia de procesos de desorden, porque es correcto decir que la mayoría de los descubrimientos que han logrado cambiar significativamente el mundo han surgido de ellos y no de los procesos de orden.

La primera falsa limitación es que las máquinas nunca serán capaces de actuar intencionalmente como hace una persona al proponerse metas y motivaciones. Sin embargo, el funcionamiento de los misiles dirigidos está basado en auto-dirigirse hasta alcanzar su objetivo. Además, el sistema Teórico de Lógica de Newell, Simon y Shaw trabaja con teoremas hasta lograr comprobarlos o extinguir sus recursos. También ha existido la falsa creencia de que sean capaces de aprender por experiencia. En la actualidad, páginas web como Youtube, personalizan la búsqueda del usuario y crean una lista de recomendación de vídeos. Si una simple página web tiene este tipo de tecnología, ¿qué no tendrán las empresas, el gobierno y los laboratorios de investigación?
El crecimiento y el desarrollo implican contradicciones, y las máquinas no se contradicen porque todo lo que producen está calculado meticulosamente. No sueñan y tampoco juegan, aunque puedan parecer actividades triviales no lo son. El sueño demuestra que hay una gran cantidad de procesamiento de información y de ideas involuntarias. El juego, por su parte, permite que se utilicen distintas formas de pensamiento que no están sujetas a necesidades prontas; cuatro características que los programadores deben tener en cuenta al momento de diseñar máquinas con inteligencia humana.
«El pensamiento humano siempre tiene lugar en, y contribuye a, un proceso acumulativo de conocimiento y desarrollo, (…) comienza en una asociación íntima de emociones, sentimientos, la cual nunca se pierde por entero. Casi toda actividad humana, incluyendo en pensamiento, sirve no a uno, sino a multiplicidad de motivos al mismo tiempo. El pensamiento humano se ejecuta en esferas de procesamiento de información de diferentes órdenes, compuesta por una totalidad no divisible de procesos de «Orden-Desorden» y estos se manifiestan en procesos psíquicos (…) que construyen parte de la psique» (Meliá, 1989).

Está claro que las máquinas comparten muchas semejanzas con los seres humanos. Las máquinas son capaces de procesar información, almacenar información e incluso, tienen la capacidad de ir corrigiéndose a sí mismas y aprender. Como hemos visto, ha habido un gran avance en cuanto a la creación de máquinas capaces de llevar a cabo un sinnúmero de actividades. Si esta evolución continúa, se podría llegar al punto en el cual se creen máquinas orgánicas. Si ocurre este fenómeno, se podría concluir que esa máquina tendría la capacidad de poseer un alma. Quizás alma distinta a la nuestra ya que sería creada por el mismo hombre, pero en su esencia, sería básicamente alma. En un futuro no muy lejano, se podrían observar la práctica de hombres creados por las manos del hombre. Estos seres serían teóricamente igual que nosotros y poseerían un alma igual que cualquier otro ser humano.

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